La afinidad de ideas entre tres personalidades distintas que comparten el mismo entusiasmo por la naturaleza, la arquitectura y el diseño tiene como resultado nuestro nombre, Locus, que proviene del tópico literario locus amoenus, que describe un lugar de la naturaleza bello e idílico en el que la sensación de paz y seguridad impera. Esta literatura nos inspira en el «arte de hacer jardines» dando pie así al nombre del estudio, que sintetiza en una palabra la filosofía del proyecto.

Nuestra fuente de inspiración procede de la naturaleza y de la armonía de su composición. Equilibrio y unidad son las claves de la simplicidad atemporal que se observa en los jardines clasicistas de todas las épocas, y en los cuales nos vemos reflejados como «nuevos clasicistas».

Sin embargo, nos mueve la reinterpretación de los ideales clásicos para adaptarlos a un contexto y un lugar concreto en cada proyecto. Naturaleza, historia, arquitectura, arte y personas definen el genius loci que nos descubre las líneas maestras del jardín. La sensibilidad en el manejo de la proporción de los espacios, la arquitectura, la vegetación y la luz son nuestras herramientas principales para alcanzar la belleza, la funcionalidad y la sostenibilidad adecuada en cada proyecto.

Cada trabajo se concibe con una mente abierta y de manera personalizada. Se inicia así un proceso fantástico, artesanal, nuevo y distinto cada vez. Dibujando primero a mano para poder reflexionar acerca de cada detalle y tomar la mejor decisión. Realizamos un viaje en el que descubrimos el lugar, las personas, su historia y sus inquietudes, para obtener un resultado único, que encaja en ese espacio y con la personalidad de los que lo habitan.